Es uno de los mejores trabajos del "León de Belfast" en la década de los 90. Un disco elegante, que inauguró una nueva etapa musical para el genio irlandés.
Todavía conservo la etiqueta del precio que costó en la parte de atrás del disco: 3200 de las antiguas pesetas. Un dinero muy bien invertido si pienso en las veces que he escuchado el álbum, ya que aún no me ha cansado.
Es más, cada vez que lo vuelvo a poner, descubro algo nuevo en alguna de sus 12 canciones.
Al principio sólo me gustaba una de ellas: "No Religion", que llegó a sonar en alguna emisora musical y que era muy diferente a lo que Morrison nos había ofrecido hasta entonces. Un sonido más comercial con el que supo conquistar a un público más joven del habitual, como fue mi caso. Y es que a partir de ese disco, descubrí al que es uno de los músicos más importantes de nuestro tiempo.
Después de esa canción, me encandiló "Days Like This", donde la elegancia y la sencillez rozaban la perfección. Poco tiempo pasó hasta que me empezó a gustar el tema que abría el disco: "Perfect Fit". Más tarde no paraba de escuchar "In The Afternoon" y "Russian Roulette"... y así hasta hoy.
12 canciones casi perfectas. 12 obras maestras que reflejan diferentes estados de ánimo del artista y que entran mejor por los oídos cuanto más las escuchas.
Aquí tienes una, para ir abriendo sabor de boca.
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