Es uno de los discos más vendidos de la historia: casi 35 millones de copias hasta el día de hoy... y suma y sigue.
Lo curioso es que no fue fácil grabarlo, porque ninguna compañía estaba dispuesta a contratar al vocalista Meat Loaf (que simplemente era un actor de musicales) y al escritor Jim Steinman, "cerebros" del proyecto. Nadie apostó por ellos, ni emisoras de radio ni casas discográficas.
Hasta Clive Davis, que por entonces aún no había creado Arista y trabajaba en CBS les dijo "no". Al salir de la reunión, Meat Loaf gritó "Fuck you, Clive!" desde la calle hacia el edificio donde se alojaba la compañía de discos (y el despacho de Davis).
Sin embargo, encontraron a Todd Rundgren, que confió en ellos para producir el disco bajo el sello RCA. El resultado, fue sorprendente más aún teniendo en cuenta que, en ese momento, el "sonido disco" era lo que triunfaba (con John Travolta como icono) y el Rock no interesaba tanto a la industria, que una vez más se equivocó.
En definitiva, el álbum es toda una épica del Rock convertida hoy en joya imprescindible y auténtica obra maestra. En él se incluyen algunas canciones verdaderamente inolvidables en la carrera de Marvin Lee Aday, que es como se llama en realidad Meat Loaf. Algunos ejemplos son el tema que abre y titula el trabajo "Bat Out Of Hell", o clásicos como "Paradise by the Dashboard Light" y "Heaven Can Wait".
Pero ¿Qué sería de la historia del Rock y del Heavy sin las baladas de amor? Probablemente, su repercusión no hubiera sido la misma. Escucha sino este "Two Out Of Three Ain't Bad" y reencuéntrate con algún momento especial de tu vida... Seguro que lo tenías olvidado.
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